- Procesamiento y almacenamiento de imágenes:
Con cada generación de cámaras de video, se han visto mejoras sustanciales en la resolución de la imagen, velocidades de cuadros, sensibilidad a la luz e incluso rango dinámico. Por lo tanto, hoy es posible capturar muchos más detalles que nunca. A su vez, ha habido mejoras sustanciales en los algoritmos de compresión para reducir el consumo de ancho de banda y el almacenamiento. Dentro de una ciudad, el análisis de video mejora y ayuda a dar estructura y sentido al cúmulo de datos de video que se recopilan las 24 horas de día para que las autoridades puedan detectar de forma más rápida situaciones específicas. El análisis de video también se puede usar para dirigir las cámaras para que graben y envíen solo el video que sea de interés, ya sea algún incidente vial, situación de robo, etc., lo que reduce aún más las necesidades de ancho de banda y almacenamiento.
- La ventaja de utilizar una plataforma abierta:
Las cámaras de video que admiten una plataforma abierta pueden proporcionar un marco para que los programadores de terceros desarrollen e incorporen análisis personalizados directamente en la cámara. “Además, la plataforma abierta permite que múltiples cámaras se integren con la entrada de otras tecnologías, como control de acceso, sensores ambientales, detectores de radar e incluso sistemas de audio en red para un enfoque más holístico para monitorear, verificar y responder a eventos en una ciudad”, menciona Mariano Vega.
Un efecto intrínseco de esta posibilidad es que hoy los proyectos exitosos de ciudades inteligentes, independientemente de sus objetivos principales, las ayudarán a acercarse a su objetivo final de mejorar la calidad de vida en general. Esto gracias a la posibilidad de conectar varios sensores de IoT que juntos lograrán un ecosistema tecnológico para el beneficio de las urbes.
- Utilizar los datos con eficiencia:
El análisis de video convierte las cámaras en observadores inteligentes. En una ciudad puede detectar, reconocer y clasificar objetos para determinar atributos como velocidad, dirección, color y tamaño. Los análisis más sofisticados pueden incluso distinguir datos demográficos como la edad, el sexo y los patrones de comportamiento, lo que dentro de una ciudad podría abrir la puerta para mejorar los servicios de movilidad o incluso con el análisis de estados de ánimo se pueden estudiar rasgos como la felicidad, la tristeza y la ira, datos que podrían servir para determinar una escena forense o posibles índices de satisfacción en relación con los habitantes y las ciudades.
Con la continua modernización de las grandes ciudades se han logrado resolver grandes problemáticas a las que se enfrentan los ciudadanos diariamente. Con el análisis de video ahora nos erigimos hacia un modelo de desarrollo integrado que tiene como prioridad la seguridad pública, movilidad urbana y la vigilancia ambiental, en donde es necesario que la sostenibilidad urbana sea más inteligente.
“La tecnología de conectividad y la IA se han vuelto los recursos imprescindibles para lograr que las grandes urbes se conviertan en ciudades inteligentes; siguiendo esta línea, resulta importante que los grandes proyectos tanto público como privados contemplen que hoy, el uso de las analíticas de video le dará a la vigilancia en red un mundo de posibilidades en torno al mejoramiento de las ciudades”, finalizó Mariano Vega